
Cuántos años se han especulado acerca de lo que supondría la muerte de Fidel Castro, que no necesariamente supondría la caída del régimen socialista. Hoy estamos viendo la transferencia de mando de Fidel a Raúl, un cambio anunciado. Sin embargo, me es difícil creer que esta transición de poder, suponga un cambio en el régimen cubano. Pero lo curioso de todo esto es la relevancia internacional. Una relevancia digna de un país poderoso, con influencia política y económica. Y no lo es. Lo que Cuba tiene que muchos no aunque lo deseen, es una relevancia histórica. Una presencia en el panorama mundial que Fidel y la Revolución le otorgaron. Es imposible ser indiferente a su bandera, a su historia y a toda la polémica que siempre generó.
Mas allá de la afinidad o las diferencias que se tengan con el régimen castrista, Cuba es un país al que todos tenemos, creo, un afecto especial. Un país, dividido en exiliados y fieles a la revolución, un país de pateras, himnos y canciones de protesta, un país del Caribe con una presencia en el orden internacional que muchas potencias quisieran tener.
Es claro el deseo de ciertos vecinos de la Isla, por conseguir una transición a la democracia, y no solo de su influyente vecino del norte, sino de todos aquellos que creemos en la democracia como el verdadero sistema de gobierno. Sin embargo, esta transición, que como dije, dudo se realice por la ausencia de Fidel en la primera fila, es una transición que debe darse con todo el respeto a la libertad del pueblo cubano. Me refiero sencillamente a que debe evitarse a toda costa la clásica injerencia de las potencias en las decisiones libres de los pueblos autodeterminados. Creo fielmente en la necesidad de Libertad para un pueblo que la anhela con desesperación. A unos nos falta pan, a otros libertad.
Lo que temo con sinceridad, es que esa transición puede forzarse y terminar por repetir situaciones como la de Irak. País «libertado y democratizado» que hoy por hoy, dudo esté mejor que en dictadura. La presencia de Organismos Internacionales, Cuerpos representativos de la sociedad civil y política CUBANA, han de ser quienes determine los designios de ese pueblo, esa Nación, ese Estado que durante muchos años tuvo una opción que costó bloqueos invasiones y tentativas de derrocamiento.
Es un derecho cubano, es el derecho de Cuba a decidir su Sistema de Gobierno y su Forma de Estado, su organización política y su organización social. Ningún Estado tiene el derecho a implantar sistemas de gobierno, a implantar democracias de laboratorio. Sin embargo, sí es una obligación de la Comunidad Internacional, ofrecer una guía, un orden y un apoyo real para una transición pacífica y solidaria. Es una obligación de todos ejercer el principio de solidaridad con Cuba, una obligación totalmente análoga al principio de no injerencia y de respeto a la soberanía de los Estados.
Cuba es un país que le ha dado mucho a America y al resto del mundo, Cuba es un país que merece nuestra atención y nuestro apoyo. Y cuando digo Cuba, digo Isla, digo José Martí, digo Santiago de Cuba, La Habana, Matanzas, pero también digo Miami…
Pero para ser aún mas sincero, temo por Cuba, como temí por Afganistán, Irak, como temo ahora por Palestina, el Líbano y como temo por todos aquellos que estamos bajo el yugo del poder económico de las grandes potencias. Es por eso que la sociedad civil debe estar muy presente y muy atenta a los embates que esa golpeada Isla del Caribe puede sufrir.
Cuba se lo merece.