Cuento corto para una niña pequeña


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“…Ay carajo, como quisiera comprarte

un castillo

para que te sientes ahí

a mirar el mundo.”

Fue lo único que pudo decirle. No tenía una moneda, una galleta ni nada que darle, solo un poco de ilusión y una caricia. No conocí más de él. No recuerdo su nombre, quizá levemente sus rasgos, pero esas palabras jamás las olvidaré. Volví a casa pensando en ello, y en toda la conversación. Me senté en la escalera en un letargo absoluto, mientras veía como el cielo aparecía ante mis ojos, mientras esperaba que el sol, que el alba hicieran su trabajo, y los fantasmas de la noche se fueran a descansar. Me quedé dormido con el pecho descubierto, abrazando mis rodillas ….pero nunca más pude despertar.

Y el sueño se hizo eterno

Y el castillo construí

Y una niña enjuta

Una niña más

Ahí descansa sus sueños

Mientras mira el mar

Con sus ojos de cielo.

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