Hoy arrancarte las llagas el poeta quisiera
Durante el fragor de la cosecha
Tus piernas se han quebrado y así
De rodillas humeantes guerreas altivo glorioso
Justo Jiménez lloraste la ausencia de risa
Pidiendo a las sombras que al rio callara
Donde las armas silbaban melodías de muerte
Con pies pequeñitos de pasados humildes
Durante la siembra pediste entereza
Y el fruto indomable de mucilago ardiente
Te besó entre los labios susurrando futuro
Un abrazo profano
Un rio que llora
Un invencible futuro de frutos ardientes
De cabezas altivas
De miradas que brillan.