Toco guitarra hace ya varios años. Que tenga una y la toque, claramente no significa que lo haga bien. Sin embargo, mi gusto por la música siempre me ha llevado cerca de ese instrumento. Hace poco, decidí dejar temporalmente la guitarra española, para dar paso a los estridentes gemidos sicodélicos de la guitarra eléctrica. No hay duda que el gusto por una y por otra es bastante diferente. La catarsis que produce los voltios afinados de un reef mágico como los de Keith Richards o Mark Knopfler son indescriptibles.
Como casi siempre que entro en un nuevo mundo, quiero aprender desde las raíces -y digo casi siempre- traté de conseguir un poco de literatura sobre ese espacio irreverente de la guitarra eléctrica. Y así, vayas donde vayas y preguntes a quien preguntes, te referirá a Chuck Berry. Voy a darme el lujo de postear a diez sobre-naturales-guitarristas, empezando hoy por Chuck.
Aquí les dejó una deliciosa interpretación de Johnny B. Goode. (1958).
Go Johnny go!