Debo evitar la total mezquindad y pese a tener una clara antipatía con la esposa del presidente, debo reconocer que no responder al saludo de la congresista anicama (si les digo que es la robacable quizá la identifiquen mejor) merece más de un aplauso.
Si hay algo que repudio visceralmente, es cuando se devela un escándalo de corrupción con algún miembro de la fauna política peruana, y ese corrupto personaje sigue siendo saludado con sonrisas en la boca, palmaditas en la espalda y demás, en cuanto evento público se encuentre. Sus colegas (de igual molde) y el público en general, no tienen un ápice de sentido común para generar un rechazo mayoritario contra ese ladrón que impunemente nos ha metido la mano en el bolsillo durante años.
Nos quejamos de la policía, de los políticos, de los jueces y fiscales y es la sociedad civil el miembro del Estado más corrupto de todos.
Si el sistema público no es lo que se espera, por incompetencia, burocracia, o propia corrupción, nosotros tenemos la posibilidad de sancionar de una manera mucho más efectiva que la cárcel a todos esos cuatreros: expulsándolos de la sociedad; rechazando sus negocios, mirándolos mal en la calle, gritándoles “corrupto” en la cara mientras almuerzan en algún caro restaurante de la ciudad. No dejándolo entrar en nuestras cocinas famosas (podemos crucificar a Thays por criticar la sacrosanta comida peruana, pero no podemos decirle a Alan García que no pruebe nuestro pisco sour); no volando en nuestras aerolíneas, no durmiendo en nuestros hoteles, no comprando en nuestras tiendas. Por qué si en algunos lugares o centros comerciales, suelen poner fotos de ladronzuelos de carteras y sostenes, para impedirles la entrada futura, no hacemos lo mismo con esos otros desgraciados que no se roban un sostén, sino una fábrica, o donaciones de programas populares, o el presupuesto educativo del sector. En fin. Que está en nuestras manos y solo en la nuestras, desterrar la lacra corruptela que nos abraza todos y cada uno de nuestros peruanos días.
Saludos a la señora Heredia que hoy se ha ganado un aplauso. A los corruptos hay que darles la espalda, sean quienes sean.