
Hoy como de costumbre hacía un rápido repaso a la prensa local y entre las noticias menos destacadas, por su ubicación en la página web, y por tener la letra más pequeña, me encontré con este titular: “Más de 5 mil menores realizan trabajos forzados en Juliaca y Puno”. Por RPP.
Por un lado por lo menos dicho portal denuncia el hecho (mínimamente, pero lo hace). Ningún otro portal de 5 revisados lo comentaba.
Ahora bien, mas allá de la cobertura que pueda generar un asunto tan dramático como ese, es el hecho de seguir creyendo que “el Perú está de puta madre”, o que “estamos creciendo muchísimo”, o que “el Perú es el país de las inversiones”.
Literalmente, no hay peor ciego que el que no quiere ver. Y Lima no quiere ver un carajo.
Recuerdo una noche, en la terraza de un alto edificio mirando hacia la zona sur/este de Lima, y que rápidamente a la mente llegó la frase: Lo bonito de la noche limeña, es que te oculta la miseria. Es increible cuando la gente te dice que la cosa está más bonita que antes, cuando a solo 10 minutos rumbo al sur por la Panamericana, margen izquierdo y derecho son un solo de esteras (que ya nadie ve).
Y es que muchos de nosotros vivimos permanentemente de noche. Donde solo vemos pequeñas lucecitas bonitas que forman dibujos en el horizonte, sin saber que esas lucecitas son realmente la esperanza de Pamplona Alta.
Que más de 5,000 niños, digo cinco mil, realizan trabajos de manera forzada, en rubros, como la minería, construcción o en ladrilleras, me resulta sobremanera indignante.
Me causa absoluta repulsión que sigamos creyendo que lo más importante es mantener un 8% y no mirar hacia ese país donde miles de niños se ven obligados a cargar ladrillos en lugar de estudiar y jugar, y donde otros tantos miles de desgraciados, aprovechan esa situación para explotarlos y explotar negocios ilegales además: pero “el Perú es el país del futuro”. Y no es que sea una visión pesimista de la actualidad. Es importante un 8%, es importante la inversión y es importante Conga (tanto como el agua). Sí estamos teniendo un crecimiento económico. Punto. No más. No social, no cultural, no educativo. Seguimos siendo igual de rascistas, clasistas, intolerantes, egoístas e individualistas.
Nada es más importante que la atención, el desarrollo, y el crecimiento de los sectores que sí necesitan crecer, que necesitan sacar la cabeza del agua, los milenariamente olvidados, marginados y discriminados (la gran mayoría de la población peruana, si recuerdan). Porque la mina se acaba en 30 años. Porque los edificios necesitan gente que pueda vivir en ellos, porque los campos necesitan campesinos.
¿Alguien se acuerda del Caucho?, ¿del Guano?. Sigo creyendo que aún existe el riesgo de que suceda lo mismo. No estamos creciendo nosotros, no estamos sembrando nada. Estamos extrayendo todo, porque seguimos siendo el penúltimo en educación (si no somos los últimos) en Latinoamérica. ¿Alguien me puede decir qué estamos haciendo para cambiar eso?. El presupuesto en educación sigue siendo ridículo. La atención del Estado hacia la educación pública sigue siendo residual. Es cierto, algo se está haciendo, pero es completamente insuficiente.
Este país estará jodido mientras siga pensando en las huevas del gallo, los candidatos al Òscar, la llegada de no sé que seudo-ídolo adolescente y le de la espalda a su realidad, a su propia realidad. Así no vamos a ningún lado. Por lo menos no por ahora.