Es tan escasa la interiorización que tenemos los peruanos sobre ciertos conceptos que todo puede dar un giro de 180° sin que nadie lo note o, peor aún, lo entienda. Durante los años ochenta y hasta el inicio del proceso de privatizaciones que Fujimori impulsó, el Perú mantenía un alto nivel de intervención estatal en empresas de sectores estratégicos. Ahí están los ejemplos: Petroperú, Electroperú, Mineroperú, Siderperú, Pescaperú o CPT. Para los baby boomers, obtener una línea telefónica era un auténtico calvario, por ejemplo. Con el Fujishock pasamos a un modelo ultraliberal. Años después, vimos cómo el privado resultaba más eficiente, aunque quedó clara la necesidad de reguladores que evitaran abusos. Con el tiempo, se encontró un punto medio entre participación pública y privada. Hoy, sin embargo, muchos celebran la intervención del “Estado”. Esto a raíz de la disputa entre López Aliaga y Rutas de Lima, empresa que, a mi juicio, pudo seguir operando bajo penalidades o ajustes contractuales. La Municipalidad ha asumido directamente la administración de las vías que antes estaban concesionadas a Rutas de Lima. Y la gente celebra: ya no le pagaré el peaje a una empresa corrupta, sino al “Estado”, aunque Reggiardo ya anunció que, por ahora, no cobrará. Esto implica, como señaló el propio alcalde, que será la Municipalidad la que deberá cubrir un mínimo de seis millones de soles destinados a la operación y mantenimiento (contra los 25 millones que ponía RL). La pregunta es: ¿desde cuándo el Estado peruano volvió a ser un gran gestor? Si fuera así, deberíamos quitarle el aeropuerto de Lima a LAP y entregárselo a Corpac. O reemplazar a COSCO Shipping por Enapu. Sé que será temporal y que el objetivo no es la nacionalización, pero medidas como estas no pueden ser recibidas olvidando la premisa de que el privado gestiona y el público supervisa y corrige. El populismo es un veneno. Esta medida no es una solución, es solo un paliativo, y así debemos tomarlo, sin celebraciones y con gran preocupación.
Columna publicada en Diario Perú21
