Cuando un miembro de un partido político -sobre todo si es un líder del mismo- dice que otro militante será expulsado, lo primero que me viene a la mente es que se trata de un caudillo. Los partidos políticos tienen un tribunal de ética y cualquier cuestionamiento deberá ser sometido por el tribunal, y será el partido, a través de ese órgano autónomo, el que define su destino. Si hay algo en lo que la ciudadanía tiene que enfocarse es en los partidos políticos, no en los políticos. Hay que olvidarnos de los políticos por completo y concentrarnos en los partidos. Es ahí donde se forma o se deforma (como sucede en el Perú) a quienes luego veremos postulando. Si vemos un político que luego de ser elegido abandona el partido que lo postuló, que no tiene una línea ideológica o doctrinaria definida y un día está a favor de algo y a la semana siguiente en contra, no deberíamos concentrarnos en ese personaje, sino en el partido que le dio cabida y designó como representante.